No ha pasado nada. ¡¡Yo quería que se acabara el mundo!! Que decepción. Yo quería que pasase algo. O bueno me conformaba con un pequeño susto, como que dejara de funcionar todo lo electrónico, una tormenta monumental, que de repente hiciese 40ºC, un pequeño meteorito que no afectara mucho, alguna inundación... no sé algo en el que todo el mundo se llevase un susto y por algún momento se le pasara por la cabeza que podía ser el fin del mundo o que lo podía haber sido.
Tengo la sensación de que llevo toda mi vida oyendo hablar de un
fin de mundo. Y sobre todo desde el 2000, ya es una especie de
obsesión. Y nada, lo único que se acaba es mi paciencia. Ahora es cuando yo tengo la necesidad de preguntarme cuándo será la siguiente fecha del fin del mundo. Yo siempre
he pensado que sería guay presenciarlo. Oye, es historia en vivo. El final de la
historia para ser exactos. ¿Y quién no quiere leerse un libro hasta el final?
Además, luego podrás ir al cielo, al limbo o lo que sea y fardar de ello.
- ¿Y tú de qué
moriste?
- De un infarto/ de
viejo/ atropellado/ una enfermedad terminal/ asesinado/ me suicidé/ de un empacho de judías pintas con chorizo y morcilla.
- Bah, pringao. Yo morí
en el fin del mundo. Así presumiríamos un montón. En fin yo me he quedado con la cosa de que casi prefiero que inventen el virus zombi, por si las moscas yo ya tengo planeado mi escondite.
Esta semana os recomiendo la película de Señales del futuro del director Alex Proyas en la que Nicolas Cage es un astrofísico que trata de averiguar el significado de unos números encontrados en una cápsula del tiempo enterrada 50 años atrás. Sus investigaciones le llevan a concluir que las cifras indican la fecha en que sucederá una cadena de terribles catástrofes que conducirán al fin del mundo. No os cuento el final para que os animéis a verla.
Que tengáis un feliz año nuevo!!!