El mundo post- apocalíptico en standby...
Desde el lado oscuro
Enterrado es un largometraje realizado por Rodrigo Cortés en el año 2010. Consigue que durante una hora y media se recorran todos los estados emocionales posibles, todas las emociones que un ser humano no vive en toda una vida y que se extiende en 90 minutos. Paul Conroy, el protagonista de esta película, es un civil contratado para ir a Irak conduciendo camiones que transportan mercancías, tras ser atacado, es secuestrado y se encuentra enterrado vivo dentro de una caja de madera, y como únicos objetos tiene un teléfono móvil y un mechero. El móvil puede ser el único medio que tenga para salvarse pero tiene poca batería y la cobertura también es escasa, además solo cuenta con 90 minutos antes de que se le acabe el oxígeno.
El director hace una presentación de muchos planos y puntos de vista. Nos presenta la situación comentada y hace una pequeña transición utilizando fundidos a negro. La única herramienta es el personaje, luego van apareciendo pequeños utensilios como el móvil, el mechero, un lápiz, una barra de luz química, una nota y la navaja. El teléfono saca la información y al mismo tiempo la introduce, es donde estamos viendo el fuera de campo. El tema más destacado de la película es la guerra de Irak, crea un argumento político puesto que el protagonista es norteamericano. Paul hace varias llamadas, todas inútiles, o le salta el contestador o no responden y se crea una situación absurda de incomunicación a lo largo de la película que va a ser el comienzo de la burocracia e instituciones norteamericanas.
La cuarta llamada que hace es al FBI, la cual es correspondida, lo que hace es dar más información. Explica cómo les han asaltado y atacado de una manera más intensa. El director nos ha ido haciendo pequeños fundidos en los momentos que hay más tensión y juega mucho con el movimiento y la música. La quinta llamada vuelve a ser un contestador, esto en la vida diaria de una persona es tolerable pero cuando estas entre la vida y la muerte te crea demasiado nerviosismo. Llegamos a un primer climax, primera comunicación con el secuestrador que exige un rescate de cinco millones de dólares o morirá.
Paul contacta con el negociador de secuestros Dan Brenner, que pasa a convertirse en su interlocutor y “aliado”. Se gana la confianza de Paul contándole que hace unas semanas rescataron a un muchacho en las mismas situaciones que él. Nos esboza la actitud políticamente correcta con la gente que le intenta salvar. Otro tema importante es el terrorismo visto desde el punto de vista del secuestrador. Éste dice que él también es una víctima del Estado, pues tiene que sacar a su familia adelante y no tiene ninguna ayuda. La batería del móvil es mínima, como una columna vertebral, como una guía, un contador de tiempo.
Le llaman de la empresa que trabaja en Irak. Volvemos a los temas de la incomunicación y situaciones absurdas. Le dicen que le despiden del trabajo y que le graban la conversación; es una deshumanización absoluta. Brenner le llama diciéndole que le han encontrado pero lamentablemente el secuestrador ha llevado a los soldados a otro ataúd, donde yace el muchacho que le dijeron que habían salvado. No solo se siente engañado, si no que encima no queda ninguna esperanza para Paul.
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